Una sana alimentación es básica para el buen funcionamiento de nuestro organismo. Los nutrientes que aporta son el motor de nuestro cuerpo y mente. Por lo tanto, la escasez de ellos en el metabolismo puede causar fatiga, apatía, malestares que afectan nuestro sistema inmune, sistema digestivo, mecanismos de sueño y rendimiento óptimo, así como otros síntomas que acentúan la ansiedad o la depresión.
Existen algunos remedios naturales para aliviar los síntomas de la ansiedad, como parte del esfuerzo por evitar los medicamentos y sus posibles efectos secundarios. Uno de los más importantes, es mantener una alimentación variada y balanceada para ayudar a equilibrar el estado de ánimo y mejorar la respuesta a situaciones de tensión. Consumir ciertos alimentos puede ayudar a calmar la mente, mejorar el ánimo y producir saciedad, al disminuir también la ansiedad por comer.
¿Cuáles alimentos se recomiendan para reducir los niveles de ansiedad?
1- Aguacate
2- Espinacas
3- Naranjas
4- Plátano
5- Salmón
6- Pescado
7- Pollo/Pavo
8- Huevo
9- Yogurt
10- Avena
11- Nuez
12- Chía
13- Almendras
14- Lácteos
15- Arroz
Consumir estos alimentos naturales regularmente, en combinación de una dieta balanceada, aporta al organismo los probióticos, la fibra, el omega 3, el triptófano, los minerales como el magnesio y las vitaminas, entre ellas B12, que ayudan a calmar el sistema nervioso y sus respuestas emocionales, así como combatir la inflamación, regular el nivel de azúcar en la sangre y bajar la presión arterial.
¿Cómo funcionan estos beneficios a la salud?
Para tener un cerebro sano, se necesita un intestino sano. Los probióticos son alimentos o suplementos que contienen microorganismos vivos destinados a mantener las bacterias “buenas” (microbiota normal) del organismo. Pueden ayudar a tratar o prevenir enfermedades, ya que las bacterias son capaces de producir algunas sustancias químicas e influir en el cerebro, el cuerpo y el comportamiento humano, mejorando incluso el tratamiento de determinados trastornos psicológicos.
La ansiedad puede provocar distintos problemas digestivos, entre ellos malestar y estreñimiento, por lo cual una mayor ingesta de fibra ayudará a un mejor tránsito intestinal. Este componente se encuentra en muchos alimentos saludables y durante años ha sido vinculada a una salud mental más positiva. Al mejorar el ánimo, se reducen los episodios de depresión y los niveles de agresividad.
Algunos minerales como el magnesio, colaboran en los mecanismos de relajación, así que puede ayudar a reducir la ansiedad y mantener el cerebro saludable. Sin embargo, cuanto más estrés se experimenta, los niveles de magnesio en el cuerpo disminuyen. Las vitaminas, son también imprescindibles para el correcto funcionamiento fisiológico. La vitamina B12 de forma indirecta, es necesaria para el metabolismo de neurotransmisores. Su carencia se asocia normalmente con un estado de ánimo deprimido o ansioso.
La ansiedad puede ser tratada médicamente con fármacos inhibidores de la recaptación de serotonina, pero debido a los efectos secundarios y la dependencia que provocan, algunos pacientes prefieren tratar con opciones naturales. Encontrar una forma segura y accesible de controlar la ansiedad es uno de los grandes retos de la medicina actual. Algunos equipos de investigación han probado el potencial del omega 3, como apoyo en el tratamiento de afecciones médicas, psicológicas y psiquiátricas, incluídos los trastornos del estado de ánimo y la ansiedad.
El triptófano es un aminoácido esencial que se obtiene de los alimentos ricos en proteínas y genera un efecto tranquilizante. Es necesario para la producción y síntesis de serotonina (neurotransmisor) en el cerebro, la cual se conoce como "la hormona del bienestar" y cumple con las funciones de regular el sueño, el placer, el hambre, la saciedad, la temperatura, el apetito sexual, la concentración. Además de controlar la función motora y cognitiva, induce la división celular, la secreción de hormonas como la melatonina, la formación de la estructura ósea, el funcionamiento del sistema vascular y participa en los mecanismos que rigen la ansiedad, el miedo, la angustia y la agresividad.
Por lo tanto, los alimentos que permitan mantener el nivel de serotonina estable deben ser prioridad en una dieta balanceada. Sin embargo, el consumo de alimentos inflamatorios como grasas saturadas, harinas blancas o azúcares procesados tienden a agotar los niveles de triptófano, reducir sus funciones y romper la eficacia de sus posibles beneficios. La falta de este aminoácido puede contribuir negativamente en los cuadros de ansiedad, insomnio y estrés.
Mejorar los hábitos alimenticios, adaptar rutinas de actividad física y establecer un proceso terapéutico con un profesional de la salud, son los mejores aliados para minimizar el impacto psicológico de la ansiedad y sus efectos consecuentes en la vida diaria.
En caso de ser necesario, buscar apoyo profesional y evitar la automedicación. Para mayor información, enviar consulta vía inbox.
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